martes, 10 de marzo de 2009

Nos miramos en las puertas vidreadas y ¿que?

Qué pensarán los hombres cuando nos pescan mirándonos al espejo… pero no me refiero a los espejos que habitan de forma excesiva en vuestros hogares, sino a ese especie de reflejo, que en verdad es un vidrio, que suele estar en la entrada de los edificios, con un poco de vergüenza afirmo que son puertas.

Me ha pasado millones de veces, de hecho casi todos los días, cuando voy caminando por la ciudad siempre estoy en busca de la bendita puerta que manifiesta qué tal esta mi peinado, mi vestimenta del día y todo eso que nos preguntamos las mujeres. También me ha ocurrido, en otra billones de oportunidades, de estar mirándome compenetrada –si, en la calle- hasta que ese maldito muchacho intenta salir de su casa o edificio y me caga todo. La primera reacción es hacerme la pelotuda, ponerme toda bordo y salir lo más rápido posible de ese lugar; después me quedo reflexionando, con inquietud, sobre en que mierda estaría pensando el individuo que se atrevió a interrumpir un momento tan sagrado para la mujer.

AHORA QUIERO SABER QUE PIENSAN LOS HOMBRES CUANDO NOS PESCAN IN FRANGANTI, NO CON OTRO HOMBRE, SINO MIRANDONOS EN LAS PUERTAS DE LOS DIFERENTES HOGARES QUE EXISTEN EN LA CIUDAD…

SI ME CONTESTAN ESO, YO PROMETO DESCRIBIR QUE PENSAMOS NOSOTRAS CUANDO USTEDES SACAN EL PEINE EN MEDIO DE LA CALLE Y CON UN SUAVE DESLIZAMIENTO SE TIRAN LOS TRES PELOS LOCOS, INUNDADOS DE GEL, PARA ATRÁS.

2 comentarios:

Agus dijo...

no soy hombre, pero me ha pasado pescar minas y flacos mirarse al pasar en mi puerta justo cuando salía.. y la verdad que quedamos bastante nabos (hablo en primera persona porque yo también lo hago jajaja)
igual, creo que peor son esas vidrieras espejadas que hay siempre por tribunales.. es inevitable no mirarse aunque uno sepa que detrás hay una oficina con un tipo harto de ver a la gente peinarse!

besos

Pateadora oficial de adoquines. dijo...

jajajajja esa es la peor de todas! el tema es que nosotras nunca nos enteraremos